martes, 12 de febrero de 2008

Palimpsestos II

Raspando con la (pluma) cucharita, se descubren en el cuento "Volamos" de Antonio Di Benedetto...


I

Hago como que.

Me asombro.

Pero no.

Abro la boca,

de preguntar o comentar me preguntaría

Pienso. Así y tendría que explicar y

complicar (me) en un diálogo.

Empero ya no. Me habla.

Se habla, revisa lo que

sabe y quiere saber




(por qué)

(porque).






(más).

II

Yo espero que
me pregunte si creo que;
¿se trata de una brujería?,
Pero no. Al parecer no.
¿Cree en eso?, ¿yo tampoco? aunque…
Lo pensé mejor,
pensé que ella lo
pensaba pero no. No.
¿Te maravillas?, Sí.
Segura (mente) me maravillo, cómo.
No.
Me maravillo.

Sabrina Testa

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Volamos?
Claro que volamos, quien no, acaso ¿ustedes no vuelan?
Que lastima, yo pensé…. Va mejor no pienso, es cuestión de suerte.
¿No te maravillas?
Si; seguramente. Me maravillo. Como no. Me maravillo.

jemima.

Unknown dijo...

Me contaba sus penas y yo sentía deseos de saltar, volar, reptar hacia la barrosa oscuridad y hundirme, perderme en ella.
Seguramente eran las palabras que empleaba para describir lo que está hecho para no ser decodificado. Las inventaba todas; largas, cortas, de colores intensos y pálidos; palabras que suenan a caramelo y palabras que vienen de la humedad.
O tal vez eran sus sollozos, que servían como comas y signos de interrogación para sus relatos, que no eran tales.
Me pregunté qué trataba de decirme -¿y qué esperaba que le respondiera yo?- por última vez el día en que finalmente aprendí a volar.
Craso error.
Le dio más tema para hablar.
Pero por lo menos yo ya sabía cómo escabullirme.

Natalia H.