sábado, 9 de febrero de 2008

Escena fundante

(Mi) Para leer en forma interrogativa.

has recordado tu primer contacto con la docencia
eras joven y estabas llena de ilusiones
lo hiciste para ayudar a alguien
fue un caos, nadie te escuchó, nadie
seguro el esfuerzo no valió la pena
una sorpresa ellos aprobaron
entonces no importó sentirse mal
entonces lo volvés a intentar

Verónique

¿Qué preguntarías, si no tenés nada para preguntar?

A continuación, algunas de las preguntas que se hicieron en el primer encuentro, para que sigan repondiéndolas:

¿Qué pensás?
En Semiología

¿Cuál fue la salida nocturna más loca que tuviste?

¿Cuál es la manía (o costumbre) que tenés, que más te avergüenza?

¿No te parece que la profesora se parece a Helena Bonham Carter?

¿Por qué se te ocurrió estudiar en el profesorado?

¿Adónde nunca te irías de vacaciones?
No iría a la Bristol

¿Por qué no hay similitud entre el pueblo y los políticos?

¿Tenés paciencia?
Bastante

¿Qué esperás transmitir a tus alumnos?
Espero aprenderlo

¿Realmente te emocionó la película Bambi?
No tuve el placer de verla

¿Cuáles son tus miedos más profundos?
Arañas

¿Para qué venís a asarte de calor aquí?
Porque creo que de alguna manera es una introducción a lo que va a ser la carrera, si bien más liviano, y porque me sirve para ver si es realmente al 100% lo que me gusta.

¿Adónde querés llegar?
Al fin del mundo

¿Qué preguntarías si no tenés nada para preguntar?
Preguntaría a quién se le ocurre una buena pregunta

¿Por qué elegiste ésta carrera?
Porque la popularización del conocimiento es una herramienta para la libertad de los pueblos

¿Tenés faltas de ortografía?
Muy pocas veces

¿Te portaste bien?
Depende

¿Sos gay?
No sé. En todo caso sería lesbiana, y no lo soy.

¿Escribirías un libro contando tu historia personal?
Sería inevitable si escribiera un libro que aparecieran marcas de mi vida personal. Pero no escribiría un libro autobiográfico.

¿Elegiste la carrera sólo porque tenés falta de ortografía?
Tengo algunas faltas, pero la elegí porque me gusta leer, y porque creo que es hermoso saber escribir bien.

¿Por qué eligió esta materia y este profesorado?

¿Estudiás Castellano por vocación?

Si estás en pareja en este momento y te propongo una cita ¿saldrías conmigo?
No

¿Con quién vivís?
Con mis viejos y mi perra. Ni bien pueda, me rajo.

¿De qué color es el jabón de tu baño?
Blanco

¿Transpira todo tu cuerpo?
Sí. Y en un día como hoy, mucho más.

¿Por qué las rastas?
¡¿Y por qué no?!

¿Comiste algo antes de venir?
No, con este día caluroso sólo pienso en hidratarme.

¿Por qué no te decidiste por estudiar Ciencias Económicas?
Porque no me gustan los números, las fórmulas, los libros contables y prácticamente nada que tenga que ver con ellos.

¿Alguna vez te enganchaste con algún programa de Cris Morena? (Jugate conmigo, Chiquititas, etc.)
No

¿Por qué elegiste el profesorado de Castellano y no otro?
Porque Lengua fue la materia que siempre me llevé y de tanto prepararla para diciembre y febrero terminó gustándome.

¿Leíste Harry Potter?
No

¿Tenés dudas sobre si esta es definitivamente “la carrera”?
No, quiero hacer esto desde chiquita.

¿Con qué animal te caracterizás?
Perro

¿Qué método usás para depilarte?
Cera

¿Por qué elegiste estar acá en este momento y no en otro lado?
Porque acá y ahora la literatura es lo que más me conmueve.

¿Por qué la última pregunta que haría es la que todavía no se me ocurrió?
No sé

¿Qué sabés construir con tus manos?
Una buena torta

¿Cuándo fue la última vez que comiste fideos?
¡No lo recuerdo!

¿No tenés calor con la medias puestas?
No tengo medias puestas justamente por el calor.

¿De qué trabaja tu mejor amigo?
Es operador técnico de sonido.

¿Alguna vez experimentaron con vos los extraterrestres?
No tuve el placer todavía.

¿Qué dentífrico usás?
Kolynos

¿Por qué sos tan linda?
Gracias, es por los genes

¿Cada cuánto te afeitás?
Yo no me afeito, soy mujer.

¿Un gusto de helado?
Chocolate con almendras.

¿Me das un mate?
No.

¿Qué tan nervioso te sentís en este momento debido a esta primera presentación?
Un poquito pero no demasiado, sólo es porque no conozco a nadie.

¿Qué hacés acá?
Vine a estudiar.

¿Cuándo fue la última vez que estudiaste y por qué?
Hace un año. Porque me cambié de carrera.

¿Con quién vivís?
Con mi familia: marido, hija, una perrita.

¿Qué tipo de música te gustaría componer?
A Capital Federal.

¿Qué leés?
Ficción y libros de historia.

¿Cuántos perros tenés? ¿Cómo se llaman?
No tengo perros, mi vieja tiene; se llaman Adolfo y Pilar.

¿Qué te parece el cine de ciencia ficción?
Me encanta el cine en general.

¿Cómo te imaginás dentro de 10 años?
No puedo imaginarme. Cierro los ojos y no puedo verme. Quizás no viva tanto tiempo. Sinceramente estoy asustado. La pregunta me hizo mal.

¿Por qué no otra carrera?
Porque por medio de las letras es posible comunicar de manera explícita, o no, el aprendizaje, la cultura, los sentimientos, las intenciones, etc.

¿Por qué estudiás Letras?
Yo soy profesora de personas adultas con discapacidad. Mi intención, mi más profundo DESEO, es llevar las letras a “esos otros”. Llevar poesía a tanta cerveza, a tanta deserción escolar, a los marginados, a los que muchas veces se “quedan afuera” de esa élite que supone ciertos conocimientos.
Obviamente, además, va de suyo que amo leer y escribir y me reconozco en la docencia.

¿No es una ridiculez pretender que la gente hilvane dos frases coherentes y con un mínimo de sentido?
No.

¿Qué hacés acá en febrero y con 34º de calor?
Empezando el curso de ingreso en Castellano.

¿Por qué preferís tomar mate en vez de algo fresco con el calor que hace?
Porque se ve que no todos encuentran algo fresco en lo refrescante.

¿Cómo, cuándo y por qué se te ocurrió seguir esta carrera?
Cómo: realmente me gusta mucho leer y escribir, así que me metí a la página del instituto.
Cuándo: con mi prima que me obligó a inscribirme porque dijo que era lo mío.
Por qué: sé y estoy segura de poder lograr este objetivo.

¿Te resultan difíciles los números?
Por lo general, sí.

¿Por qué estás acá?
Porque me gusta la carrera y me resulta interesante.

¿Por qué elegiste esta carrera?
Porque me gusta enseñar y la gramática.

¿Qué te hace quedarte acá, donde hace calor y tenés que escribir cosas extrañas?

¿Por qué querés estudiar esta carrera y no otra?

¿Te gusta la música celta?

¿Vos crees que mi camisa parece un mantel?

viernes, 8 de febrero de 2008

La pregunta como fuente de conocimiento (TN)

1er Registro

El encuentro comenzó a las 18.30 y, después de la presentación de las profesoras, ayudantes y dos representantes de la Junta (Profs. Isabel Vasallo y Silvia Seoane), se propuso a los ingresantes la primera actividad, también de presentación. Se les pidió que escribieran la última pregunta que le harían a sus compañeros para conocerlos, la más disparatada. Algunos prefirieron las preguntas más convencionales, como “¿por qué elegiste esta carrera?” o “¿A qué venís acá?”, algunos tratando de saber, también, por qué lo hacían, a pesar del calor. Muchos se animaron a hacer preguntas un poco más personales, y preguntaron sobre temas como cuidado e higiene personal (como “¿hace cuanto que no te bañás?”, “¿de qué color es el jabón de tu baño?” o “¿Qué método usás para depilarte?”), estado civil y seriedad del asunto (tales como “Si estás actualmente en pareja, ¿aceptarías una cita conmigo?” o “¿Cuál fue la noche más loca que tuviste en tu vida?”) y otras más relacionadas con el gusto personal, como “¿Lloraste con la película “Bambi”? o “¿Alguna vez te enganchaste con un programa de Cris Morena?”. Intercambiaron las preguntas, las contestaron y las comentaron con sus compañeros de grupo.
Luego se habló acerca de la actividad de preguntar, cuál es su sentido. Algunas de las respuestas fueron: “es la aceptación de un desconocimiento”, “es el principio de una búsqueda”, “una forma de comunicarse”, “es lo que somos, es lo que nos constituye”. Más tarde se leyó, en pequeños grupos, el texto de Jean-François Lyotard tomado de ¿Por qué filosofar? Cuatro conferencias: “por qué desear?”, y se comentó entre todos. Algunas de las respuestas a “¿por qué desear?” fueron: “avidez de conocimiento”, “el deseo parte de un conocimiento previo”, “hay deseos vitales y sociales”, “es una necesidad intelectual”, “es por curiosidad”, “el deseo es inasible”, “el deseo es algo que nunca se alcanza, se desvanece cuando se está por concretar, nunca se alcanza el bien que se buscaba”. Gabriela preguntó: ¿la literatura es maravillosa o somos nosotros los que la hacemos maravillosa?: “ambas, ¿por qué una?”, “somos nosotros”, “tiene que ver con las condiciones en las que uno lo define” “es una interacción entre sujeto y objeto, en la que ambos se modifican”, “en la literatura no cambia lo que está escrito”, “Sí! En la interpretación!”.


Recreo

Después del recreo, los ingresantes se repartieron en grupos con las ayudantes y realizaron un recorrido por el instituto, con la consigna de tomar nota de aquellas preguntas que le suscitaba la recorrida. Muchos no esperaron a volver al aula para hacerlas, y las hicieron durante el recorrido. Las inquietudes más frecuentes tuvieron que ver con cuestiones administrativas (inscripción a materias, equivalencia con otras instituciones, cantidad y duración de materias, funciones de secretaría y bedelía), otros preguntaron acerca de algunos espacios, como las carteleras, los baños y la biblioteca.

De vuelta en el aula, se preguntó a lo ingresantes qué eran los datos personales: “principales referencias”, “presentación”, “identificación social”, “DATOS de la persona”, “individualidad”. La coordinadora preguntó cuándo aparecían: “para un trámite”, “en el currículum”, “levante”, “cuando conocés a alguien”, “cuando te para la policía”, “presentación”, “son subjetivos, pueden entenderse de otra manera más que nombre y apellido”, “varían según la situación”, “pueden decir algo de uno”, “no sirven para conocerse”. Se lee en voz alta “Datos personales” (en el cuadernillo) y se comenta: “los datos son campos obligatorios”, “son convenciones”, “te llevan a la reflexión a vos mismo, según donde te los pidan”, “son piezas de información muy funcional, se necesitan para un objetivo en particular, descarta lo que es más valioso para uno, porque es muy funcional”, “es como un código de barras, una información muy superficial”, “tienen que ver con la pregunta. Los datos son subjetivos, y una pregunta puede generar muchas cosas que hemos vivido”.

Luego se pasó a la consigna de escritura, en la que se pidió a los ingresantes recuperar un recuerdo de una primera lectura, de una escena, de algo que pensaran que había tenido que ver con sus elecciones. Se leyeron, después, algunos de los relatos (transcribo sólo algunas frases):

“los libros hacen algo más que amontonar palabras”, “enseñar es la mejor forma
de ayudar a cambiar”, “Me vi a mí mismo (cuando leí “El túnel)”, “maestros y
profesores que me enseñaron otras interpretaciones”, “inmortalizarme en la
enseñanza”, “la palabra escrita es eterna”, “pretendo dejar una huella en este
mundo”, “jugaba (a la maestra) porque no podía estudiar”, “salida laboral más
firme que el simple deseo de escribir”, “en un viaje noté que había muchas
formas de decir lo mismo, en el mismo idioma… y era una intriga que valía la
pena descifrar”, “me dieron un trabajo sobre Pizarnik y me enamoré de las
letras: comprendí que no quería hacer otra cosa más en mi vida. Escribir, leer.
Nada más”, “quiero dejar en el otro la misma huella que dejaron profesores y
maestros en mí”.

Aparecieron muchas escenas relacionadas con docentes, y una cantidad también grande de relatos que evocaban algún libro en particular (algunos títulos: Shunko, Martín Fierro, Operación masacre, El túnel, Demian y Hamlet; y Dostoievski, Bécquer y Pizarnik, entre los autores)
Más tarde se leyeron algunas de las preguntas que habían surgido durante el recorrido por el edificio: “¿por qué no cuidamos lo que amamos? ¿por qué está tan sucio?”, “¿es un lugar amado?”, “¿qué arquitecto lo construyó?”, “¿cuántos matafuegos hay?”, “¿hay salidas de emergencia?”.

Luego se leyó el poema “Para leer en forma interrogativa”, de J. Cortázar; Gabriela propuso a los ingresantes poner en forma interrogativa sus producciones para el próximo encuentro, y finalizó la reunión.

La pregunta como fuente de conocimiento (TT)

El encuentro comienza con la presentación del equipo de trabajo: profesoras Verónica Pena (a cargo de esta clase) y Gabriela Herrera, que alternarán entre las comisiones de la tarde y de la noche; y ayudantes alumnas que están en el tercer o cuarto año de la carrera.

Empieza la clase con la consigna de romper el hielo y también el espacio. Se pide que formen grupos de cuatro a cinco personas y escriban en una hoja la última pregunta que le harían a un compañero, la más indiscreta, la que no tiene nada que ver con el lugar y el momento en el que están, la que uno, una no haría porque se revela a sí mismo, a sí misma. Una alumna dice que a ella no le gusta ser indiscreta con la gente, a lo cual Verónica responde “no lo seas, preguntá con toda compostura y discreción”.

Recolectados los papelitos con las preguntas, se vuelven a redistribuir por el aula para que elijan la que más incómoda para, en la misma hoja o en otra, intentar una respuesta. Un alumno pregunta si hay que poner el nombre: se puede poner el propio nombre, se puede dejar anónimo, se puede poner uno falso; y en la respuesta… se puede mentir.

Verónica dice que ahora es el momento de compensación, y los invita a hacerle alguna pregunta insólita a ella. Tatiana le pregunta por qué se puso una camisa de manga larga (todos tenemos muuuuucho calor), y Verónica responde que hay algo de cábala: el primer día de un curso es importante para los alumnos, las alumnas, y también para el profesor, la profesora: quería algo que la hiciera sentir cómoda más allá del clima. Victoria: "¿andan los ventiladores (que estaban apagados)? y se averiguó cómo se encendían. (Las preguntas insólitas tienen una lógica poderosa.)

Aquí la profesora plantea que el eje del curso va a ser la pregunta, y que el espíritu no es el de un “curso de nivelación”, no es ése el objetivo, la diversidad de recorridos que los ha diferenciado hasta llegar acá no es algo que haya que borrar; y si se supone que debería haber unos conocimientos previos tan importantes y tantos, once clases de un recorrido no obligatorio, no resolvería esa supuesta necesidad. Lo que nos ocupará está más cercano a la práctica con textos, a su lectura, a su escritura, y al conocimiento de la institución y de su gente, antes de empezar a trabajar juntos.

La próxima actividad se plantea entonces con el fin de seguir abriendo interrogantes. Para ello se propone la lectura de un fragmento de Jean-François Lyotard tomado de ¿Por qué filosofar? Cuatro conferencias: “por qué desear?”, y su lectura está orientada a explicar el porqué de prestar atención a la pregunta. Se producen pausas en las cuales se realizan distintas reflexiones que hacen detenerse en el texto allí donde se dan por supuestos acuerdos con el lector. ¿La filosofía se encuentra lejos o cerca de la vida de cada uno de nosotros? Dafne tiene mayor interés por lo sociológico que por lo metafísico; otra compañera piensa que sí tiene próxima la filosofía, que no le es ajena. ¿Por qué el “por qué” trae la posibilidad de no filosofar? ¿Cómo se entiende eso? En el principio, fue el silencio, luego una alumna dice que siempre que se afirma algo hay espacio para una negación. Otro hace un comentario sobre la posibilidad de elección a la que da lugar pensar “por qué”. Verónica cuenta que asoció con el “caprichoso” porque no de los chicos. En buscar el por qué sí, uno se encuentra con que dadas otras causas, podría darse la posibilidad de no filosofar.

Luego se introduce el tema del deseo, cuando Lyotard se refiere a la etimología de la palabra “filosofía” en la que se encuentra el tema del deseo en la medida en que vincula, asocia “amor” y “conocimiento”. Uno siempre desea a alguien o algo. Reflexionamos acerca de la (supuesta) relación de causalidad entre deseo y deseante, mediante el ejemplo: uno desea a alguien porque es inteligente, hermoso… o porque uno lo desea es que se vuelve inteligente hermoso… Surge la pregunta si es que deseamos al otro o deshacernos de una falta, de una carencia. Acerca de esto: “uno desea el deseo en sí”, “varía en lo que representa el deseo”, “lo que deseo me representa a mí, no sólo desear es estar en falta”. ¿Si soy mi deseo, entonces, soy lo que no soy? “En realidad, está en satisfacer lo que uno necesita”, “uno siempre desea lo que no tiene”. Se va haciendo presente el hueco, la ausencia, lo que no somos (aserción y negación conjuntamente) y se plantea la posibilidad de pensar desde la negación, desde el disgusto, por esto las preguntas del principio de la clase: recuperar lo que negamos (la pregunta que no se haría, la respuesta que no se ofrecería, las mentiras, los nombres falsos).

Llegan visitas: la directora de la junta departamental, Isabel Vasallo, profesora de Teoría Literaria en las dos cátedras de la tarde y en una de la noche, y una de las representantes de alumn@s de la junta, Ariana Boquicio Nystrom . Dan la bienvenida a la institución y comentan algunas cuestiones generales acerca del funcionamiento de la junta como órgano colegiado de gobierno del departamento de Castellano, Literatura y Latín. Luego se suma Elisa Salzmann, una de l@s representantes de docentes. La representante alumna deja el mail para tener en cuenta en caso de que se genere algún interrogante, consulta o problema: alumnosdecastellano@yahoo.com.ar. Ariana menciona que l@s representantes de alumn@s estarán a disposición de l@s cursantes de primer año para ayudarl@s en las dificultades que se encuentren en el transcurso de la carrera. Luego, una alumna pregunta a qué se refiere con “las dificultades” y se explica que no tienen por qué ser grandes problemas, pero el primer año uno tiene que aprender no solo las materias sino cómo habitar una institución en la que convive mucha gente. Cuando están por retirarse se ofrece la posibilidad de hacer preguntas: surgen varias en relación con el cambio de edificio (cuándo se producirá, por qué, dónde estaba antes, dónde va a estar el nuevo –algunas caras miden distancias de colectivo y parecen sacarse algún miedo de encima-, pero ninguna mudanza así se haría a mitad de año); el cambio de plan de estudios (quieren saber qué sucederá con los tiempos y la cantidad de materias ante la modificación). Se aclara que vamos a dedicar un encuentro a trabajar acerca del programa de la carrera.


RECREO



La siguiente consigna que tiene que ver con el edificio, con el espacio: pensar en grupo cinco preguntas que si salen a dar una vuelta, el espacio físico pueda responder. Luego salen a recorrer el edificio para tratar de responder esos interrogantes, ver qué otras preguntas genera este recorrido y básicamente conocerlo.

Al regreso, una alumna cuenta a una compañera dónde está la biblioteca: arriba al fondo del pasillo y tiene un cartel que lo indica. Resultan extrañas algunas aulas por su tamaño y disposición (Carolina dice: “hay algunas aulas que son como féretros”): ¿qué fue esto antes de ser colegio? Reflexionamos acerca de la relación entre la distribución del espacio y la enseñanza; por ejemplo, ¿alguien recuerda, tuvo clase en un aula con los pupitres de madera, que eran también el asiento del de adelante y que estaban atornillados al piso?, ¿o aulas con tarimas para los profesores? Se comparte que implican una concepción acerca de la enseñanza, allí nadie estaba pensando en el trabajo en grupo, era otra la manera de “trabajar”, de “estudiar”. Las escuelas ahora se construyen con otra forma, porque el diseño del espacio está íntimamente ligado con la manera de vivir la clase. Y se comenta la tensión entre mirar estos hechos por lo que impiden o por lo que producen: las maneras de estar en el espacio producen unas maneras de mirar al otro, de vincularse con él (no solo impide otras).

Descubrieron: laboratorios de física o química, otro de computación, el ascensor, el patio de abajo… donde quizás esté la respuesta (una placa sobre la “piedra fundamental”) acerca de la pregunta por la fecha de construcción del edificio. (De los espacios reducidos y de los otros tiempos al de hoy, un paso para preguntarse: ¿cuántos alumn@s hay en la institución? Y la observación los distintos profesorados que la integran. Cuando aparece el nuestro: Castellano, Literatura y Latín surge la pregunta del porqué tiene el nombre de “Castellano” y no “Literatura” solo. Aquí se dice que la materia que damos en los primeros años del secundario es “Lengua y Literatura”, si bien es un nombre “viejo” para la carrera (hoy se las llama más indeterminadamente “Letras”) “Castellano” refiere a “Lengua”. “¿Por qué no hay un cartel en la puerta que diga que acá, así como está el Moreno, está el Joaquín?” Quien hace la pregunta ya está diciendo “nosotros”.

A continuación, Verónica lee “Datos Personales” de Julio Mauricio, una obra de teatro. Al terminar se recuerda el título y el autor, y como preguntan si es un fragmento, se explica que es una obra completa de teatro breve, compuesta para Teatro Abierto, en el 81, y se explica sobre el contexto de esta experiencia y su valor en él. Sabido esto, el primer comentario que asocia la historia con la dictadura, Dafne hace referencia a los desaparecidos de su familia, y a que entonces, no puede dejar de pensar en la obligación de responder acerca de los datos personales, en lo autoritario de los interrogatorios. Una compañera dice que –como es teatro- incide mucho la entonación con la que se leyó: la profe no leyó como alguien asustado o en riesgo, sino bien relajada. Se imaginan distintos modos de leer/representar el texto. Entre Candela y Ayelén dicen que, como el texto no dice nada concreto sobre la dictadura, si uno no conoce el momento de su producción, desde hoy puede leerse el vacío de las preguntas que se hacen. “Siempre es particular la situación de dar datos personales, es muy incómodo dar parte de uno a alguien que no conoce”; Amparo: “muestra cómo se hila una idea con otra hasta llegar a una respuesta, toda la historia que cada uno tiene detrás de cada dato”, “puede verse cómo se vuelve más complejo lo cotidiano” cuenta Naida, que recuerda enseñanzas anteriores de un profesor de sociología, “pero, la verdad el dato no es personal, es impersonal”. Señalamos el vínculo entre las intervenciones: la tensión de los términos del título, entre el dato -vacío, del otro, enajenante, autoritario, en un diálogo de un solo sentido- y lo personal –complejo, denso, ligado a una historia, lleno de vueltas en direcciones varias. La historia vuelve al dato algo complejo, y plantea el problema de cómo encasillarse: alguien comenta sobre la situación en la que uno no sabe qué casillero llenar y le quiere contar al funcionario para que él resuelva dónde meternos. Alguien observa que igualmente el personaje sabe qué decir y qué no. Tatiana: “igual, lo leíste muy como mujer, al punto que me hizo pensar si no puede pensarse como una entrevista de trabajo o una cita, en algunos casos una se mantiene bien para adentro”. Nos reímos sobre una posible cita en la que uno esté con el listado de preguntas para verificar si corresponde al "perfil" solicitado.

Verónica pregunta si les hizo acordar a algo y Dafne menciona que le había hecho recordar a Clarice Lispector, en La hora de la estrella, porque está narrada en primera persona por una protagonista muy instrospectiva: “está todo el tiempo pensándose a sí misma”. La profesora presenta y recomienda a escritora brasileña, y señala que es interesante el recuerdo porque una obra de teatro unipersonal, monólogo casi obligado, está muy cerca de los relatos donde nadie cuenta la historia sino que un personaje discurre y uno entresaca de sus pensamientos lo que pasó para llevarlo a esas reflexiones o lo que pasa en ese pensar. (Consideremos que, leído en voz alta y sin el texto a la vista, no se pueden ver las acotaciones propias del texto teatral.) El otro, el funcionario, existe gracias a la voz de la protagonista.

La próxima actividad pide que, teniendo en cuenta la tensión entre lo que uno guarda y el dato ajeno que es respuesta, cuenten tres escenas breves, que se vinculen fuertemente con su relación con la literatura, el leguaje y la enseñanza o el aprendizaje.

Luego de que escriben, algunos leen sus relatos que son bastante diversos, otros prefieren contarlos oralmente. Algunos eligen escenas de la infancia, la biblioteca y la fascinación por la poesía heredada de una abuela; el libro que nos encontró en una librería; una biblioteca familiar y pequeña que salva del encierro y del aburrimiento, y que hace salir literalmente a la calle, a por más: diez años, más o menos, y los primeros policiales que se encuentran en los diarios que otra gente descarta sin saber que…; las tías abuelas maestras que torturan la disciplina de dos niñas, una de ellas, años más tarde en Bellas Artes, con los chicos de la calle, descubrirá el analfabetismo y repetirá los gestos antes odiados, porque son con los que sabe que puede enseñar algo, algunos renglones serán escritos y leídos; descubrimientos de lo que hay en el lenguaje que no son las palabras, los otros lenguajes como el de los cuerpos en una película con Jodie Foster, el de la música y el cuerpo, en un violín que debe ser literalmente incorporado.

Compartimos el poema de Cortázar “Para leer en forma interrogativa” y proponemos llenar las escenas narradas de signos de interrogación para ver en qué medida podemos convertirnos en preguntas, volvernos interrogación.

jueves, 7 de febrero de 2008

Bienvenida la pregunta

Para leer en forma interrogativa

Has visto
verdaderamente has visto
la nieve los astros los pasos afelpados de la brisa
Has tocado
de verdad has tocado
el plato el pan la cara de esa mujer que tanto amás
Has vivido
como un golpe en la frente
el instante el jadeo la caída la fuga
Has sabido
con cada poro de la piel sabido
que tus ojos tus manos tu sexo tu blando corazón
había que tirarlos
había que llorarlos
había que inventarlos otra vez.


Julio Cortázar
En: Salvo el crepúsculo. México: Nueva Imagen. 1984