Registro del encuentro 4“miré / me acordé / pensé / elegí / me apareció / me sentí identificada / comenté / hojeé / me dio la sensación / no quise que /me encontré con un niño”
Desde el principio de la clase, los alumnos se organizan en cuatro grandes grupos. Mientras tanto, Gabriela recuerda el blog, invita a leer los registros (solos o con un compañero), los del otro turno también, ya que -comenta- la "clase" no es sólo la planificación sino también la participación del grupo. Retomamos los encuentros anteriores y definimos el tema del día: la lectura.
Rosario da la primera consigna del día: leer los objetos, de la forma que sea (tocándolos, intercambiándolos). Mientras los grupos van recibiendo álbumes de fotos recortados, fotos antiguas, espejos, mamushkas , caleidoscopios, negativos de fotos, pinturas, cajitas con cosas adentro, un pequeño perfume, mapas, objetos con otros nombres, entre otros. Les preguntamos qué querrá decir esto de "leer objetos"; destacamos que no sólo leemos palabras sino también imágenes, cosas, personas; les pedimos que asocien ese objeto con alguna vivencia, película, recuerdo, momento del día, con algún personaje. Los alumnos miran los objetos, guardan cosas, sacan, los dan vuelta y miran a través de la luz, los giran. Luego de unos minutos, repartimos algunos libros y revistas. Los hojean, los miran, miran los detalles. Se detienen mirando el diccionario de Latín, tocan los tréboles de cuatro hojas y la flor guardados en un libro de Alejandra Pizarnik, leen poesías del libro, miran los mapas en distintas direcciones, leen solos, o de a dos o de a muchos. Como la consigna de escritura que vamos a realizar luego es individual, la coordinadora pide que cada uno vaya eligiendo algo, que le dedique un tiempo a la lectura de ese libro, de ese objeto o de esa fotografía: ¿Por qué eligieron eso?, ¿qué esperaban encontrar antes de leerlo? ¿los defraudó? ¿qué tipo de lector propone el objeto elegido? Se genera silencio: leen.
Luego de un buen rato, les pedimos a los alumnos que agrupen los libros a un costado y gratamente vemos gente que se resiste a respetar las consignas y sigue leyendo.
La charla deriva hacia el comienzo de nuestras primeras lecturas, durante la infancia: ¿Cómo empezamos a leer? Algunas voces responden: “cuando te lo acercan, no tenés la posibilidad de elegirlo”, “no hace falta que sean letras para leer, a un dibujo lo interpretás”, “a los chicos les gusta que les lean”. Como otra forma de leer es escuchar, prestamos oídos al cuento que trajo Silvina: “La melancólica muerte de Chico Ostra” de Tim Burton (libro que había sido mencionado en el encuentro anterior en relación con los cuentos que tienen como protagonistas a niños, también por su relación con los “animalejos” de los cuentos de Di Benedetto y esta mezcla de ternura y tristeza, también común a los textos anteriores).
A partir del concepto de "composición" del lingüistica Teun van Dijk (por el cual una acción se puede descomponer en acciones menores), Silvina propone la siguiente consigna de escritura: teniendo presente la actividad anterior, descomponer el verbo leer en acciones menores; es decir, qué hicieron cuando leyeron (libros u objetos), qué sensaciones experimentaron, qué asociaciones surgieron. Se les sugiere que, primero, hagan la lista de verbos, para luego encadenarlas y formar un texto. Algunos textos:
Escuché la consigna de la profesora, miré los objetos que había sobre la mesa, me llamó la atención una cuchara, no la cuchara en sí, ya que era como cualquier cuchara, sino la nota que llevaba pegada, que decía "sangre" a modo de definición del objeto.
La agarré, la toqué, la examiné para ver si tenía alguna otra distinción. La asocié al cuadro de René Magritte "esta no es una pipa", me acordé de ese cuadro, la primera vez que lo vi, lo había dibujado un profesor en el pizarrón.
Saqué mis propias conclusiones sobre la nota que tenía y si estaba de alguna manera ligado a ese cuadro, o era sólo por la intención de confundir.
Pensé que no siempre las palabras definen un objeto, pueden también no definirlo o intentar definir otra cosa, pero lo que importa es el objeto en sí, que representa para cada uno, la cuchara seguía siendo cuchara aunque diga sangre y seguiría cumpliendo su objetivo. Pablo
“La Bella y la bestia” Al leer este cuento me pareció estar viendo parte de la vida real, por ejemplo cuando la Bella se asusta de la bestia y a veces nosotros nos asustamos de aquellos que vemos en las calles pidiendo. Este cuento se asemeja mucho a nuestra vida cotidiana. Personalmente, me sentí muy identificada al darme cuenta de que la persona no sólo tiene que ser vista por fuera sino también por dentro, tratar de llegar al corazón... Alejandra
“Un rollo de cartón (de papel higiénico) con un cartel que decía “responsabilidad” me hace pensar en cuando acabo el papel higiénico del rollo y tengo asumida la responsabilidad de cambiarlo y tirar el usado. Yo interpreto así la “responsabilidad en ese rollo”. O cuando voy al baño de mi casa y encuentro el rollo de cartón sin el papel, busco al responsable para recordarle que eso no se debe hacer, por respeto. Si bien sólo se leía una palabra (responsabilidad), el marco en el que estaba (el rollo de cartón) te lleva a leer esa palabra de otro modo al que podría interpretarse estando sola. Por eso, por más que no tenga letras, el rollo de cartón completa la lectura, también se lee.” Natalia
Luego (y con la presencia del mismísimo Quijote sobre el escritorio) empezamos a trabajar con el cuento de Borges, “Pierre Menard: autor del Quijote”. Se retoma la consigna que había quedado como tarea: señalar qué temas vistos durante el encuentro anterior (autor, lector, crítico, narrador) se podían encontrar en el texto. Amparo rompe el silencio, y otras voces la siguen: “Menard lo reescribe sin tanta literatura española”, “lo reescribe como el crítico”, “hace lo que hace todo el mundo: lo lee y lo interpreta”.
Cuando hablamos del cuento, una alumna pregunta: “¿entendí cualquier cosa o lo prendió fuego?... capaz me aburrí”. Enseguida, Ayelén comenta: “yo creo que entendí, aunque por ahí entendí cualquier cosa...”. Se genera, a partir de esos comentarios, la pregunta acerca de qué es entender. Retomamos el trabajo sobre el texto y, en un ambiente distendido, se debate acerca de la lectura, la escritura, la copia y el plagio. Dafne se pregunta si Borges no está primero como lector, después como autor y después como crítico. Releemos algunos fragmentos del cuento, y se escuchan algunas risas.
Se les propone a los alumnos descomponer las acciones que los distintos actores del campo literario llevan a cabo en el cuento: qué es leer para Pierre Menard, para el narrador y para nosotros, los lectores. Algunas respuestas:
- Cuando Menard lee: reinterpreta, personaliza, plagia, reconstruye, rescribe, traduce, busca sentidos correctos, busca un sentido.
- Cuando el narrador lee a Menard: compara, elogia, estudia, hace una abstracción, analiza, interpreta.
- Cuando leemos nosotros: interpretamos, anticipamos, criticamos, analizamos, sacamos conclusiones, creamos expectativas, nos identificamos.
(A partir de la charla sobre el narrador, se genera una discusión acerca de la crítica y de la figura del crítico como 'el escritor fracasado'. ¿Acaso no somos, en tanto lectores, también críticos? ¿La crítica es una lectura, o es lectura y escritura?)
RECREO
“Me dio la sensación de que tenía la cara triste, pensé que estaba pidiendo monedas, me acordé de los chicos de la calle, después, de los libros para chicos...”
Antes de empezar con la lectura siguiente, algunos alumnos tienen algo más que decir sobre el cuento de Borges. Dafne dice que “Borges era muy de reescribir, con esto, ¿no se está parodiando?”; Candela recuerda que cuando lo leyó en su casa anotó algunas cosas, como “crear mundos”, “inventa tan bien esa fantasía que uno se lo termina creyendo y parece real” y establece una relación con un texto trabajado en un encuentro anterior.
Se les propone a los alumnos leer, por grupos, los siguientes textos: “Leer en voz alta, leer en silencio” de R. Chartier, “Ulises, Calipso y las familias reconstituidas” y “Lecturas de día y lecturas de noche” de M. Petit, y “La importancia del acto de leer” de P. Freire. Gabriela lee y comenta algunos fragmentos de “Niveles de procesamiento” de C. Molinari Maroto. En la puesta en común, Ayelén comenta el texto de Chartier y destaca que la lectura oral garantizaba la llegada a los analfabetos. Reflexionamos acerca de la mediación a la lectura y del manejo de técnicas específicas de narración.
Pasamos al texto de Petit, “Ulises...”, y Lorena dice sobre él: "hay diferentes tipos de lectores... yo marqué que no siempre el libro va a hablar de la situación en donde vive”. A partir de esto, volvemos a mirar y a comentar algunos libros infantiles y ejemplificamos con ellos las opiniones de Petit. Lorena y Amparo coinciden en que las personas prefieren libros que los identifiquen en algo, pero no tan obviamente, es decir, no libros que estén especialmente hechos para..., porque si no terminan siendo libros de autoayuda. Tatiana comenta el otro texto de Petit y diferencia entre los “lectores de día” (“lectura en conjunto”, otras voces, “considerada como útil”, “condiciona, prohíbe”, “habla de que leen el diccionario”) y la “lectura de noche” (que es peligrosa porque es propia, porque se va de la norma general). Ayelén dice: “es peligrosa porque crea identidad individual”. Algunos alumnos releen fragmentos del texto y los comentamos entre todos.
El último texto que comentamos es el de Freire, y se establecen relaciones con las lecturas anteriores. Candela cita: “Concluyendo estas reflexiones en torno a la importancia del acto de leer, que implica siempre percepción crítica, interpretación y “reescritura” de lo leído, quisiera decir que, después de vacilar un poco, resolví adoptar el procedimiento que he utilizado en el tratamiento del tema, en consonancia con mi forma de ser y con lo que puedo hacer”.
“Cuando leí ... me hizo acordar a mí cuando tengo que dormir, me pongo a pensar en muchas cosas, a preocuparme por otras que tal vez para otro no tengan sentido, pero para mí sí”
Por último, Rosario -al tiempo que Gabriela y Silvina reparten afiches, marcadores, papeles de colores- explica la última consigna: tomando como centro del afiche la lectura, escribir palabras, frases, flechas o dibujos que permitan recuperar lo que vimos acerca del tema. Algunas de las cosas que leemos en los afiches:
¨ La lectura como un foco de irradiación. personaliza, enseña, estudia, analiza, abraza, miente, omite, conduce, critica, atrapa, busca, engendra, empatiza, nos observa, conmueve, estimula, interpela, narra, cambia, transforma. Cecilia, Sofía, Iris, Natah, Natalia P., Fely
¨ Lectura= un viaje. distintos puntos de vista, descomponer, lectura nocturna, identificación, debate, escuchar, entender, producir, componer, inspira, aprendizaje, interpretación, construcción, mundos, introspección, social, frío–calor, amor–odio, miedo, influencia, creación... Amparo, María Pía, Karina, Ivana, Gisele
¨Lectura: interpretación, mediación, descomponer, escribir, observar, imaginar, reconstruir, degustar, viaje, personalizar, expresar... Lucía, Patricia, Marcela, Viviana, Carla, Mariela
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