viernes, 15 de febrero de 2008

DOCENTES

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“La literatura era un recreo donde
descansar de lo cotidiano
y poder jugar a ser o hacer lo que uno quiera”

Durante uno de los encuentros, se les propuso a los ingresantes la siguiente consigna de escritura: “Describan a un docente y recuperen, a través del recuerdo, la concepción que transmitía acerca de la literatura”.

Lo que sigue son algunos comentarios, fragmentos y apuntes sobre las escrituras que produjeron en torno a la figura del docente y su relación con la literatura.


  • La mayoría de los textos recoge miradas positivas de los docentes, a quienes aparecen asociados los siguientes valores: libertad, movimiento, vida y pasión. “Es una escritora que vive sus letras, una lectora que adopta palabras, una alumna constante... Me dejó la literatura bien en foco, para que construya mi mirada” (Tatiana); “Con ella la literatura era algo que se podía palpar, descubrir”; “Amaba la literatura y amaba su trabajo. Cada clase era distinta”.

  • Recuerda Iris: “La profesora Jaunarena nos leía un cuento, por ejemplo, de Horacio Quiroga: impostaba la voz y, con una calidad actoral, nos sumergía en la historia. Sabía atraparnos. En el aula reinaba el silencio y su voz era lo único que se oía... en nuestras mentes, todo era imaginación”.

  • Descripción del docente de María Pia: “Muchas veces pensé que ese hombre vivía por y para enseñar Literatura. Lo interesante es lo nervioso que se ponía al dar clase. Muchas veces empañaba la pasión que le ponía a las explicaciones. Tenía la camisa manchada de sudor, comía caramelos, limpiaba los cristales de los anteojos hasta gastarlos y miraba de reojo sus anotaciones para no perder el hilo mientras hablaba”.

  • Cabe destacar que la pasión no necesariamente está asociada a la circulación de la palabra; por el contrario, “tanta pasión” parecería crear, en algunos casos, docentes muy autocentrados: “Tenía una absoluta devoción por la materia que dictaba... bueno, en realidad, la monologaba, para ser precisos. Era muy buena en transmitir la pasión por la lectura y la admiración por ciertos autores”; “hablaba tanto que no te dejaba participar. Tal era su pasión”; “Ferraro siempre tenía algo más para acotar. Sabía que tenía que frenar y no podía”.

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La lectura: ¿Qué es leer? (TN)

Esta vez l@s ingresantes recibieron en la puerta del salón al que todavía no podían ingresar la consigna de trabajo: “leer” los objetos colocados sobre las mesas: mamuschka, espejos, estatuillas (Pachamama, Buda, otras), álbum de fotos de exposición del Museo del juego y el juguete, álbum de fotos de casamiento con un personaje recortado en todas, gran ausente; rollo de papel higiénico agotado con cartel indicador: "compromiso", espejos, negativos de fotos, bandejitas con elementos rituales coyas, caleidoscopio, y más. Entraron al aula, en silencio y en grupos la recorrían. En unos minutos, comenzó el bullicio, así que se agregaron libros muy diversos: libros álbum, el diario de Frida Kahlo, de mapas antiguos, etc. Entonces, sí, pudieron sentarse.

A partir de un breve juego de adivinanzas, a partir de textos que descomponían una acción que l@s ingresantes podían fácilmente construir, se pidió que descompusieran, según lo que habían observado en la tarea previa, la idea de “leer” que esta había sugerido.
Los grupos que quedaron formados alrededor de las mesas de objetos y libros pusieron en común sus escritos y elegieron para compartir con el grupo mayor un escrito que resumiese las ideas más frecuentes y otro, el más “diferente”.

Aquí transcribimos solo algunos ejemplos de las producciones:
(Selección totalmente arbitraria de los textos producidos en clase)

Subir al colectivo, obviamente no hay lugar para sentarse, pero te quedó eso pendiente que te obliga a agarrarte con una mano de un caño, con la otra abrir la mochila, buscar entre tus cosas, hacer equilibrio cual zamba para no caerte por una frenada violenta, hasta que lo encontrás. Luego cerrás el cierre de la mochila como podés, pedís perdón a una viejita que golpeaste si querer, buscás la luz, más cercana, lo abrís, encontrás el papelito que marcaba dónde habías terminado en un viaje anterior, y ya podés empezar.
Lucía Molinari

Con todo se puede , con cada parte, no hacen falta sólo los ojos… con todo el cuerpo se puede. Tampoco hace falta que esté, podemos incluso hacerlo de aquello que falta.
Sólo hay que prestar atención, sólo estar predispuesto, aunque también podemos hacerlo de mala gana. Pararse y mirar /escuchar/ concentrarse en eso, sólo en eso y en el espacio que ocupa físicamente y para mí.
Conviene para esta tarea estar relajado, porque si lo hacemos de forma inquietante, se puede alterar su contenido.
También podemos darle diferente significado, según cada uno, el momento y demás.
Lo aprendemos, lo vivimos.
Ángela Ciotta

Al salir de mi casa adivino el día en el rostro de mi vecino, deteniéndose en la esquina, alerta de la luz roja que grita se detenga. Paso y una serie de símbolos de advierte que allí debo hacer las compras. La garita me sugiere la parada. Una vez en el colectivo sacó un conunto de hojas. Ellas me cuentan a través de códigos enigmáticos de lejanos lugares, del clima de ayer, de esperanzas, etc.
Alegre Zunilda

Los objetos que estaban silenciosos sobre las mesas me decían cosas a través de signos, de rostros, que estaban o no. Culturas. Las formas también me hablaban de lugares, otros objetos varios de una época pasada y actual. Una forma de decir sin hablar.
Susy Coria

Es como algo que ya está incorporado desde la infancia, eso de saber otras historias… si se trata de un libro, no se bien por qué, pero empiezo con la contratapa; supongo que viene a partir del dato escolar, para saber de qué se viene, y después ahí vamos a ver… si hay chances de terminarlo sin comenzar con otro, si me lleva ahí o…

En principio será deseable encontrar un buen libro en el cual ejercitar nuestra vista y nuestras facultades intelectuales. Si esto no es posible, también sirven los manuales, la factura del gas o el recibo de sueldo (en el caso en que poseamos uno).
Una vez cumplido este primer paso, empieza lo más interesante. Si el libro elegido, pongamos por caso, es una novela, cuyo autor, supongamos, es Dostoievsky; todo lector debe saber ante todo que debe resistir las primeras cien páginas. Si esto sucede, aseguramos la feliz culminación de la experiencia, excepto si se trata de Demonio, novela que, tenemos que confesarlo, no sabemos cómo debe leerse.
Este ejercicio debe repetirse con cualquier ejemplar. Todo libro tiene su tiempo y debemos respetarlo. El problema es saber cuál (cuanto?).
Santiago Birentzwaig

Existen palabras que forman ideas que llegan a las mentes, se transforman en imágenes que captan, o no, nuestra atención e imaginación y se plasman.
en primer lugar, dudamos
en segundo, elegimos
en tercero (si nos interesó) desechamos
en cuarto (si nos gustó) repetimos
Julia Romero González

Veo objetos, los toco, los levanto, investigo qué hay dentro de ellos.
¿A qué me recuerdan?
¿Vi alguna vez esas imágenes?
Intento imaginar por qué están allí. Qué es lo que les espera cuando los saquen de ese lugar.
Trato de pensar el tipo de historia que podría contenerlos. Intento adivinar. Adelantarme.
Finalmente me rindo ante ellos y dejo que las cosas sigan su curso normal.
Que sean naturales.
Pablo Fernández

La genética determina mi primer acto, debo buscar mis gafas ya destruidas. Una vez colocadas, se debe abrir el ejemplar elegido donde el señalador, o en su defecto la memoria, lo determine. Posar la mirada sobre la región impresa y recorrer con la vista en forma horizontal, de derecha a izquierda, de arriba hacia abajo, las páginas en cuestión. Así sucesivamente hasta alcanzar el cielo buscado.
Germán Q.


Y algunas de las notas de pizarrón que surgieron de las lecturas y el debate:
- suponer
- abrir / partir
- encontrar algo igual pero
- encuentro y enfrentamiento / adivinar
- alimentarse, buscar más allá
- con todo el cuerpo / con todos los sentidos
- aprender / vivir
- seleccionar, manipular / repetimos
- dar tiempo
- dejar lo leído ser
- viajar, viajar, viajar
- identificación (también por rechazo)

A continuación, Vero leyó “Pierre Menard, autor del Quijote”, de Borges (alguien comentó que ya el título es “un error”). Al finalizar, pidió que formulasen dos o tres preguntas al texto, preguntas que quisieran “lanzar” al debate en clase.


RECREO

De retorno al aula, se leyó y comentamos fragmentos del capítulo de Carlos Molinari Marotto, "Niveles de procesamiento". ¿Qué conceptos allí explicados les “resonaban” en relación con el análisis realizado sobre su propia lectura?

Much@s trajeron al debate nuevamente la ambigüedad de los textos de Victoria Ocampo y Di Benedetto en los que se habían visto revisar "pasos" de la lectura descriptos por Molinari Marotto por las dobles referencias que a veces tienen pronombres, adjetivos, verbos que pueden concordar con más de un sustantivo. Gabriel mencionó que eso puede quedar condicionado por la predisposición que el lector tiene frente a un texto, a partir de lo cual hablamos de la información del "exterior" con la que el lector cuenta y cómo el que la lectura se discuta y se comparta también influyen en la interpretación y la comprensión, reenvía a nuevas revisiones (Gabriel había recordado que él había visto otras palabras que las que había visto en el mismo texto un compañero).

Sabrina trajo a la clase conceptos de Ferdinand de Saussure y Jakobson, y se discutieron conceptos tales como signo, significado y esquema de la comunicación, nuevos para muchos, ya conocidos por otros. Quería profundizar sobre la relación entre lo leído de Molinari Marotto el planteo de la comunicación que se desprende del diseño visual (y sus implicancias) que recordaba de su estudio de estos autores, lo mismo que sobre la reformulación de Kerbrat Orecchioni sobre el modelo de Jakobson. Se diferenció entonces la tensión entre pensar la "comunicación" y la comprensión como aspecto (puramente) psicológico de solo uno de sus polos. Además, se explicó la diferencia entre modelos de descripción de actividades humanas según una perspectiva positivista que busca detener e abstraer aspectos analizados y a su vez analizados de una realidad, respecto de otros modelos de búsqueda y afirmación del conocimiento.

Se distribuyeron por grupos los textos teóricos sobre la lectura seleccionados para el encuentro (dos textos -cliqueá para uno, cliqueá para otro- de Michèle Petit, uno de Roger Chartier y otro de Paulo Freire) y se pidió que los leyeran en comparación con el de Molinari Maroto.

Entre muchos comentarios, surgieron los siguientes:

De Freire, Sabrina rescató “la importancia de la alfabetización, del aprendizaje de la lectura y la escritura para apropiarse del mundo”. Otros grupos comentaron su visión de la práctica pedagógica y la relación que establece entre lenguaje y realidad, el rechazo a la dicotomía lectura-escritura y su lectura del mundo, aún antes de aprender a leer.

De Chartier, un grupo comentó la relación que establece entre lectura en voz alta (grupal) y lectura silenciosa (individual) con un orden social, con la posibilidad del pensamiento individual, no consensuado socialmente, retomando la persecusión de la que fue objeto la ficción desde que podía leerse en silencio. Se observó también que Chartier nos traía la descripción de un mundo en el que la lectura en voz alta permite la socialización de la literatura entre aquell@s que no saben leer o que no pueden comprar libros. Gabriel rescató el hecho de la lectura en voz alta compartida del cuento de Borges, que había permitido encontrar matices en el texto que, probablemente, se hubiesen perdido en una lectura individual, que imaginaba lo hubiera aburrido y hasta hecho desistir por desinterés. Un compañero trajo a Bourdieu al debate y comentó la idea de que la lectura y la escritura están siempre en conflicto con el control que puede ejercerse sobre ellas.

De Petit, sobre “Lecturas del día y de la noche”, resumieron la descripción de la autora de las diferencias establecidas en una comunidad acerca de las lecturas diurnas (públicas, útiles, escolares, metódicas, obligatorias) y las nocturnas (ficcionales, electivas y eclécticas, “de escape”, privadas, individuales), y cómo el acto de leer puede ser algo que une, un acto en el que se comparten experiencias. Sobre “Ulises, Calipso y las familias reconstituidas”, surgió el comentario acerca de que un texto no es lo mismo para todos sus lectores, ya que el texto termina de delinearse gracias al lector, una idea en cierto modo opuesta al planteo de Marotto, puesto que se supone un lector y un texto ideales y "mismos".

Al finalizar la puesta en común, se recogieron las producciones de tarea de la clase anterior.

LIBROS PROHIBIDOS

La función del lector / 2


Era el medio siglo de la muerte de César Vallejo, y hubo celebraciones.
En España, Julio Vélez organizó conferencias, seminarios, ediciones y una exposición que ofrecía imágenes del poeta, su tierra, su tiempo y su gente.
Pero en esos días Julio Vélez conoció a José Manuel Castañón; y entonces todo homenaje le resultó enano.
José Manuel Castañón había sido capitán en la guerra española. Peleando por Franco había perdido una mano y había ganado algunas medallas.
Una noche, poco después de la guerra, el capitán descubrió, por casualidad, un libro prohibido. Se asomó, leyó un verso, leyó dos versos, y ya no pudo desprenderse.
El capitán Castañón, héroe del ejército vencedor, pasó toda la noche en vela, atrapado, leyendo y releyendo a César Vallejo, poeta de los vencidos.
Y al amanecer de esa noche, renunció al ejército y se negó a cobrar ni una peseta más del gobierno de Franco.
Después, lo metieron preso; y se fue al exilio.


Eduardo Galeano. El libro de los abrazos.

DOCENTES

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Durante uno de los encuentros, se les propuso a los ingresantes la siguiente consigna de escritura: “Describan a un docente y recuperen, a través del recuerdo, la concepción que transmitía acerca de la literatura”.

Lo que sigue son algunos comentarios, fragmentos y apuntes sobre las escrituras que produjeron en torno a la figura del docente y su relación con la literatura.



Cruzado de piernas en forma india sobre eso que ya dejaba para siempre su aura de sacro escritorio, con una mirada viciosa, lasciva, divertida, desfachatada... desafiante!!!, nos empezó a hablar de lo que la literatura trata.
- La literatura es un mapa a descifrar, dijo. - Hay que recorrerlo todo, mirar el reverso y el anverso, tocarlo, acariciar, sentir, respirar... aburrirse en el medio, hartarse y volver.

Javier

La lectura: ¿qué es leer? (TT)

Registro del encuentro 4


“miré / me acordé / pensé / elegí / me apareció / me sentí identificada / comenté / hojeé / me dio la sensación / no quise que /me encontré con un niño”

Desde el principio de la clase, los alumnos se organizan en cuatro grandes grupos. Mientras tanto, Gabriela recuerda el blog, invita a leer los registros (solos o con un compañero), los del otro turno también, ya que -comenta- la "clase" no es sólo la planificación sino también la participación del grupo. Retomamos los encuentros anteriores y definimos el tema del día: la lectura.


Rosario da la primera consigna del día: leer los objetos, de la forma que sea (tocándolos, intercambiándolos). Mientras los grupos van recibiendo álbumes de fotos recortados, fotos antiguas, espejos, mamushkas , caleidoscopios, negativos de fotos, pinturas, cajitas con cosas adentro, un pequeño perfume, mapas, objetos con otros nombres, entre otros. Les preguntamos qué querrá decir esto de "leer objetos"; destacamos que no sólo leemos palabras sino también imágenes, cosas, personas; les pedimos que asocien ese objeto con alguna vivencia, película, recuerdo, momento del día, con algún personaje. Los alumnos miran los objetos, guardan cosas, sacan, los dan vuelta y miran a través de la luz, los giran. Luego de unos minutos, repartimos algunos libros y revistas. Los hojean, los miran, miran los detalles. Se detienen mirando el diccionario de Latín, tocan los tréboles de cuatro hojas y la flor guardados en un libro de Alejandra Pizarnik, leen poesías del libro, miran los mapas en distintas direcciones, leen solos, o de a dos o de a muchos. Como la consigna de escritura que vamos a realizar luego es individual, la coordinadora pide que cada uno vaya eligiendo algo, que le dedique un tiempo a la lectura de ese libro, de ese objeto o de esa fotografía: ¿Por qué eligieron eso?, ¿qué esperaban encontrar antes de leerlo? ¿los defraudó? ¿qué tipo de lector propone el objeto elegido? Se genera silencio: leen.


Luego de un buen rato, les pedimos a los alumnos que agrupen los libros a un costado y gratamente vemos gente que se resiste a respetar las consignas y sigue leyendo.
La charla deriva hacia el comienzo de nuestras primeras lecturas, durante la infancia: ¿Cómo empezamos a leer? Algunas voces responden: “cuando te lo acercan, no tenés la posibilidad de elegirlo”, “no hace falta que sean letras para leer, a un dibujo lo interpretás”, “a los chicos les gusta que les lean”. Como otra forma de leer es escuchar, prestamos oídos al cuento que trajo Silvina: “La melancólica muerte de Chico Ostra” de Tim Burton (libro que había sido mencionado en el encuentro anterior en relación con los cuentos que tienen como protagonistas a niños, también por su relación con los “animalejos” de los cuentos de Di Benedetto y esta mezcla de ternura y tristeza, también común a los textos anteriores).
A partir del concepto de "composición" del lingüistica Teun van Dijk (por el cual una acción se puede descomponer en acciones menores), Silvina propone la siguiente consigna de escritura: teniendo presente la actividad anterior, descomponer el verbo leer en acciones menores; es decir, qué hicieron cuando leyeron (libros u objetos), qué sensaciones experimentaron, qué asociaciones surgieron. Se les sugiere que, primero, hagan la lista de verbos, para luego encadenarlas y formar un texto. Algunos textos:

Escuché la consigna de la profesora, miré los objetos que había sobre la mesa, me llamó la atención una cuchara, no la cuchara en sí, ya que era como cualquier cuchara, sino la nota que llevaba pegada, que decía "sangre" a modo de definición del objeto.
La agarré, la toqué, la examiné para ver si tenía alguna otra distinción. La asocié al cuadro de René Magritte "esta no es una pipa", me acordé de ese cuadro, la primera vez que lo vi, lo había dibujado un profesor en el pizarrón.
Saqué mis propias conclusiones sobre la nota que tenía y si estaba de alguna manera ligado a ese cuadro, o era sólo por la intención de confundir.
Pensé que no siempre las palabras definen un objeto, pueden también no definirlo o intentar definir otra cosa, pero lo que importa es el objeto en sí, que representa para cada uno, la cuchara seguía siendo cuchara aunque diga sangre y seguiría cumpliendo su objetivo. Pablo

“La Bella y la bestia” Al leer este cuento me pareció estar viendo parte de la vida real, por ejemplo cuando la Bella se asusta de la bestia y a veces nosotros nos asustamos de aquellos que vemos en las calles pidiendo. Este cuento se asemeja mucho a nuestra vida cotidiana. Personalmente, me sentí muy identificada al darme cuenta de que la persona no sólo tiene que ser vista por fuera sino también por dentro, tratar de llegar al corazón... Alejandra

“Un rollo de cartón (de papel higiénico) con un cartel que decía “responsabilidad” me hace pensar en cuando acabo el papel higiénico del rollo y tengo asumida la responsabilidad de cambiarlo y tirar el usado. Yo interpreto así la “responsabilidad en ese rollo”. O cuando voy al baño de mi casa y encuentro el rollo de cartón sin el papel, busco al responsable para recordarle que eso no se debe hacer, por respeto. Si bien sólo se leía una palabra (responsabilidad), el marco en el que estaba (el rollo de cartón) te lleva a leer esa palabra de otro modo al que podría interpretarse estando sola. Por eso, por más que no tenga letras, el rollo de cartón completa la lectura, también se lee.” Natalia

Luego (y con la presencia del mismísimo Quijote sobre el escritorio) empezamos a trabajar con el cuento de Borges, “Pierre Menard: autor del Quijote”. Se retoma la consigna que había quedado como tarea: señalar qué temas vistos durante el encuentro anterior (autor, lector, crítico, narrador) se podían encontrar en el texto. Amparo rompe el silencio, y otras voces la siguen: “Menard lo reescribe sin tanta literatura española”, “lo reescribe como el crítico”, “hace lo que hace todo el mundo: lo lee y lo interpreta”.
Cuando hablamos del cuento, una alumna pregunta: “¿entendí cualquier cosa o lo prendió fuego?... capaz me aburrí”. Enseguida, Ayelén comenta: “yo creo que entendí, aunque por ahí entendí cualquier cosa...”. Se genera, a partir de esos comentarios, la pregunta acerca de qué es entender. Retomamos el trabajo sobre el texto y, en un ambiente distendido, se debate acerca de la lectura, la escritura, la copia y el plagio. Dafne se pregunta si Borges no está primero como lector, después como autor y después como crítico. Releemos algunos fragmentos del cuento, y se escuchan algunas risas.
Se les propone a los alumnos descomponer las acciones que los distintos actores del campo literario llevan a cabo en el cuento: qué es leer para Pierre Menard, para el narrador y para nosotros, los lectores. Algunas respuestas:

  • Cuando Menard lee: reinterpreta, personaliza, plagia, reconstruye, rescribe, traduce, busca sentidos correctos, busca un sentido.
  • Cuando el narrador lee a Menard: compara, elogia, estudia, hace una abstracción, analiza, interpreta.
  • Cuando leemos nosotros: interpretamos, anticipamos, criticamos, analizamos, sacamos conclusiones, creamos expectativas, nos identificamos.

(A partir de la charla sobre el narrador, se genera una discusión acerca de la crítica y de la figura del crítico como 'el escritor fracasado'. ¿Acaso no somos, en tanto lectores, también críticos? ¿La crítica es una lectura, o es lectura y escritura?)

RECREO

“Me dio la sensación de que tenía la cara triste, pensé que estaba pidiendo monedas, me acordé de los chicos de la calle, después, de los libros para chicos...”

Antes de empezar con la lectura siguiente, algunos alumnos tienen algo más que decir sobre el cuento de Borges. Dafne dice que “Borges era muy de reescribir, con esto, ¿no se está parodiando?”; Candela recuerda que cuando lo leyó en su casa anotó algunas cosas, como “crear mundos”, “inventa tan bien esa fantasía que uno se lo termina creyendo y parece real” y establece una relación con un texto trabajado en un encuentro anterior.
Se les propone a los alumnos leer, por grupos, los siguientes textos: “Leer en voz alta, leer en silencio” de R. Chartier, “Ulises, Calipso y las familias reconstituidas” y “Lecturas de día y lecturas de noche” de M. Petit, y “La importancia del acto de leer” de P. Freire. Gabriela lee y comenta algunos fragmentos de “Niveles de procesamiento” de C. Molinari Maroto. En la puesta en común, Ayelén comenta el texto de Chartier y destaca que la lectura oral garantizaba la llegada a los analfabetos. Reflexionamos acerca de la mediación a la lectura y del manejo de técnicas específicas de narración.
Pasamos al texto de Petit, “Ulises...”, y Lorena dice sobre él: "hay diferentes tipos de lectores... yo marqué que no siempre el libro va a hablar de la situación en donde vive”. A partir de esto, volvemos a mirar y a comentar algunos libros infantiles y ejemplificamos con ellos las opiniones de Petit. Lorena y Amparo coinciden en que las personas prefieren libros que los identifiquen en algo, pero no tan obviamente, es decir, no libros que estén especialmente hechos para..., porque si no terminan siendo libros de autoayuda. Tatiana comenta el otro texto de Petit y diferencia entre los “lectores de día” (“lectura en conjunto”, otras voces, “considerada como útil”, “condiciona, prohíbe”, “habla de que leen el diccionario”) y la “lectura de noche” (que es peligrosa porque es propia, porque se va de la norma general). Ayelén dice: “es peligrosa porque crea identidad individual”. Algunos alumnos releen fragmentos del texto y los comentamos entre todos.
El último texto que comentamos es el de Freire, y se establecen relaciones con las lecturas anteriores. Candela cita: “
Concluyendo estas reflexiones en torno a la importancia del acto de leer, que implica siempre percepción crítica, interpretación y “reescritura” de lo leído, quisiera decir que, después de vacilar un poco, resolví adoptar el procedimiento que he utilizado en el tratamiento del tema, en consonancia con mi forma de ser y con lo que puedo hacer”.

“Cuando leí ... me hizo acordar a mí cuando tengo que dormir, me pongo a pensar en muchas cosas, a preocuparme por otras que tal vez para otro no tengan sentido, pero para mí sí”

Por último, Rosario -al tiempo que Gabriela y Silvina reparten afiches, marcadores, papeles de colores- explica la última consigna: tomando como centro del afiche la lectura, escribir palabras, frases, flechas o dibujos que permitan recuperar lo que vimos acerca del tema. Algunas de las cosas que leemos en los afiches:

¨ La lectura como un foco de irradiación. personaliza, enseña, estudia, analiza, abraza, miente, omite, conduce, critica, atrapa, busca, engendra, empatiza, nos observa, conmueve, estimula, interpela, narra, cambia, transforma. Cecilia, Sofía, Iris, Natah, Natalia P., Fely

¨
Lectura= un viaje. distintos puntos de vista, descomponer, lectura nocturna, identificación, debate, escuchar, entender, producir, componer, inspira, aprendizaje, interpretación, construcción, mundos, introspección, social, frío–calor, amor–odio, miedo, influencia, creación... Amparo, María Pía, Karina, Ivana, Gisele

¨
Lectura: interpretación, mediación, descomponer, escribir, observar, imaginar, reconstruir, degustar, viaje, personalizar, expresar... Lucía, Patricia, Marcela, Viviana, Carla, Mariela

Para ver más fotos del encuentro, cliqueá sobre la imagen: