Llegué hasta acá esencialmente por mi debilidad a la literatura. Para mí es alimento imprescindible.
El responsable estelar de crear esta dependencia, que crece conmigo desde muy pequeña, es mi tío Ricardo. En realidad él es primo de Eduardo, mi papá, quien carga con gran parte de la causa. Aunque elijo centrarme en mi tío para delinear con mayor claridad la razón que me trajo a esta aula. Ricardo fue profesor de literatura egresado del Mariano Acosta. Me animo a decir que dedicó toda su vida a la lectura y su pasión por la enseñanza. Hay algo de él que me deslumbró, desde ser consciente de recordar cosas; la biblioteca de su cuarto, mejor dicho su cuarto de biblioteca. Razón más que suficiente para que cada tarde que visitaba a mi tía abuela Ñata, me escapara a espiar esa galaxia de libros. A veces, tenía la suerte de encontrarlo sumergido en alguna lectura y en el instante en que él percibía mi espionaje, interrumpía para seleccionar con habilidad sobrenatural de esa corteza de libros, lo que en segundos se transformaría en manjar para mis oídos. Escucharlo es maravilloso, hasta hoy. Él es mi asesor de libros preferido y principal crítico de gran parte de lo que escribo. Responsable de que la literatura sea la piel entre mi cuerpo y todo lo que me rodea.
1 comentario:
Se me genera una imagen muy fuerte al leerlo.
Porque sera que la imagen de nuestros padres, abuelos, etc es tan fuerte para nosotros?
Al fin y al cabo no son como cualquier otro ser humano?.
Evidentemente no.
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