Al inicio del encuentro, se les recordó a los alumnos los temas de cada uno de los encuentros y se les repitió la consigna de escritura pendiente para el viernes: se trata de relatar un recuerdo de la infancia de la manera menos literaria posible. “Es para que ustedes no se pierdan del proceso” aclaró ante las dudas.
Hoy, la escritura. Como primera actividad grupal, repartimos una serie de láminas de cuadros en cada grupo y pedimos que traten de hacer una lectura de cada imagen. Luego tuvieron que agregarle cada uno a los cuadros algún o varios comentarios. Una alumna, Gabriela, preguntó “¿puede influir mi comentario?”. La coordinadora responde “claro, seguro que va a influir”. Los cuadros vuelven a circular en el grupo, ahora con los comentarios que se agregaron. La lectura de la imagen ya no es la misma, cambió al tener en cuenta otras miradas: la de los compañeros.
La segunda actividad fue de escritura. Cada ingresante anotó al dorso de un papel un objeto (concreto o abstracto) que sea motivo de frecuentes reflexiones personales; y en el reverso, un objeto cotidiano que haya visto en los cuadros. Con esos dos objetos armaron una metáfora. Luego esa metáfora se transformó en el disparador de un texto de opinión y reflexión sobre el tema.
Acto seguido, las ayudantes y la coordinadora realizamos una ronda de lectura. Cada una leímos un texto: “Piel de Judas” de Juan José Panno, un cuento de Fontanarosa, una noticia disparatada y “Escándalos” de Juan Gelman. Eva cerró con “De qué hablamos cuando hablamos de fútbol”, un ensayo de Juan Sasturain que se encuentra en el cuadernillo del ingreso. Y luego…
RECREO
Al regresar, hicimos una lectura silenciosa de “El pobre y el proletario” de Roland Barthes y de “Acerca del ensayo” de Bravo- Adúriz (ambos materiales del cuadernillo). Luego reflexionamos sobre el texto de Sasturain y el ensayo como género.
Ya iniciado el debate, la coordinadora propuso que pensemos a los textos escritos a partir de la metáfora como un inicio de ensayo. Varios compartieron su texto con todo el grupo. La primera en leer fue Gisela, su texto empezaba así: “Al fin y al cabo, la vida es como una escalera. Cuando subimos, avanzamos y podemos lograr nuestras metas.” Surgieron muchos comentarios. Algunos más relacionados con la idea en sí y otros más reflexivos acerca de la escritura. “La voz de ella aparece en primera persona del plural” acotó alguien. Andrés quiso colaborar con la futura reescritura del texto: “También podría seguir escribiendo, repreguntándose lo que ya escribió.”
La segunda en leer fue Florencia. Su metáfora comparaba la confección de un vestido con la realización de sus metas y sueños. “Primero tengo que moverme para conseguir la tela, después enhebrar la aguja en el colectivo…”. Nuevamente la discusión no fue unilateral. Muchos opinaron sobre el texto “Parece una receta”, “Es un anacronismo”.
Siguió la lectura de Úrsula: “Está el tema del miedo. No quiero cometer los mismos errores que mis padres o mis abuelos. Quiero formar a alguien fuerte pero sin maldad.” A partir de esta lectura discutimos acerca de la mirada más “desde afuera” que usualmente mantiene el autor de un ensayo sobre el tema que trata.
Siguió la lectura de Úrsula: “Está el tema del miedo. No quiero cometer los mismos errores que mis padres o mis abuelos. Quiero formar a alguien fuerte pero sin maldad.” A partir de esta lectura discutimos acerca de la mirada más “desde afuera” que usualmente mantiene el autor de un ensayo sobre el tema que trata.
Recibimos también la lectura de Patricia sobre la niñez “Los chicos, chicos son. Ver a los niños como un reflejo de nosotros, los adultos, es atentar contra su condición. La sociedad los hace quemar etapas. Sin querer, los hacemos tomar decisiones.” “Hay un endiosamiento de la juventud”, planteaba su ensayo más adelante. Renata remarcó la falta de argumentación y de ejemplos concretos. A Juan Manuel le resultó menos literario “más tajante”.
Por último, leyó Damián “A veces me encuentro en situaciones cotidianas en el malhumor eterno, en la queja constante.” A partir de esta lectura, se estableció una relación con el texto de Barthes y la discusión giró hacia ese material. ¿Cuál es el tema? ¿De qué trata el texto? ¿Qué rasgos tiene de ensayo y en qué se diferencia de los otros ensayos que leímos?
Para finalizar el encuentro, recordamos las tareas para los próximos encuentros: lectura de “Dominici o el triunfo de la literatura” R. Barthes, reescritura del relato basado en un recuerdo de la infancia, reescritura del ensayo que empezamos hoy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario