martes, 19 de febrero de 2008

La escritura: el ensayo (TT)

El espacio está organizado para que los ingresantes se acomoden en grupos de cinco o seis personas por mesa. Se da inicio al encuentro cuando entregamos a cada uno de los subgrupos varias láminas con reproducciones de cuadros, entre las que figuran obras de Rembrandt, Toulousse Lautrec, Xul Solar, Pettorutti, García Uriburu, Seguí... (variadito). Observan los cuadros buscando objetos, personajes, circunstancias que por la luz, trabajo con texturas y color, el tipo de trazos y de líneas, la ubicación en el espacio llamen la atención: ¿qué dice sobre ellos este modo desconocido o inesperado de representarlos?

La primera en compartir su experiencia es Carolina, que comenta un cuadro de Ernesto Bertani "Remolino de amor" (de la serie Besos y abrazos ) haciéndose portavoz de su grupo: “Nos llamaron la atención los colores, las formas, la ropa… forman figuras humanas, dan la sensación de asfixia, ahogo, aunque el tema sea el amor, no se ve relajado...”. Tatiana se detiene en el hecho de que no aparezca las cabezas. Y ante la búsqueda de otro cuadro que podría formar parte de la misma serie, Pablo muestra “La trenza” y resalta la sugerencia al tema de la corrupción por parte de las figuras que están metiéndose las manos en los bolsillos. No hay espacio para el cuerpo, todo es ropa. “Tampoco se les ve las cabezas”, agrega Pablo. Volvemos al cuadro "Remolino de amor": ¿qué es lo inhabitual? Carolina reflexiona acerca del devenir de las relaciones entre hombres y mujeres que muchas veces pueden volverse asfixiantes. Pasamos al cuadro "Ombú y pampa" de Nicolás García Uriburu: “tiene el tronco del mismo color que la copa”, comenta Tatiana. “Como si el árbol se hubiera devorado toda la pampa y hubiera dejado todo agreste alrededor, al contrario de como uno la conoce” agrega Soledad. Candela elige el cuadro de “El diseñador” de Ernesto Bertani y destaca que la figura del diseñador escribe afuera del papel: “no hay tanta voluntad del que dibuja, el dibujo se da por sí mismo, hay cosas que exceden al que lo diseña”. Alguien elige para observar, un cuadro más clásico: levanta de su lectura que la modelo está atrás del pintor que se encarga de pintar no sabemos qué. Sorprende la naturalidad con la que es tomada la desnudez. En "Puesta en escena" de Polesello una ingresante encuentra: “figuras geométricas, recortes de otras obras de arte, colores fuertes y apagados, tensión entre lo contemporáneo y lo arcaico, figuras modernas y barrocas”. Aquí conversamos acerca del Barroco en tanto movimiento artístico, histórico y sociocultural. Pablo se refiere al tema del horror al vacío presente en la construcción de obras de arte barrocas. De ahí su sobrecarga, su exceso, su desmesura, que se vuelve al mismo tiempo denuncia de ese vacío. “El granero del mundo” de García Uriburu también trae asociaciones y preguntas: “¿por qué al revés?” interpela Tatiana, a lo que se responde que tal vez como una ironía por que tanto maíz hay en una tierra con tanta hambre.

Luego, de manera gradual va tomando forma la consigna de escritura. En forma individual, se les propone que busquen alguna temática, algún objeto concreto o abstracto que sea motivo de reflexiones frecuentes: eso en lo que nos gusta ponernos a pensar (tomn nota con alguna palabra clave); el siguiente paso consiste en reflexionar acerca de la manera en la cual se piensa siempre el tema planteado, en relación con la mirada personal que no es la manera en que otros miran la cuestión (como sucedía con la forma de representación en los cuadros, en los que no se “imita”, sino que se plantea lo representado desde una subjetividad): ¿qué es lo que cada uno tienen para decir sobre el tema que eligieron"? (toman nota de esto, algunos ya se enganchan a escribir más largamente, pero son interrumpidos). "Piensen en un objeto muy cotidiano que pueda servir como metáfora o imagen de su idea más poderosa: una puerta (mirada del lado de adentro, mirada antes de entrar), una silla rota, una hilera de dientes, las manos de alguien, unos zapatos caminados, un collar, las manchas de chocolate alrededor de la boca de un nene goloso, una mesa de madera llena de escrituras a fuerza de cuchillitos o trichetas, etc. De a poco, cada uno a su tiempo, comienza a escribir. Antes, la aclaración de que el texto en germen no es definitivo sino que se trata de apuntes personales acerca de la cuestión.

L@s que van terminando se intercambian los textos y se leen entre ell@s, otr@s siguen escribiendo. Más adelante volveremos sobre los escritos.

Antes de la lectura del texto de Juan Sasturain “De qué hablamos cuando hablamos de fútbol”, recuperamos la información que tienen l@s ingresantes acerca del escritor y recordamos que el título ya había aparecido en uno de los encuentros: “en el de la literatura mirada desde otras disciplinas” recuerdan entre Tatiana y Leonel. Todavía sin adentrarnos en el texto, no hace falta decir nada que ya se debate la temática planteada en el título del artículo. Hablar de fútbol: partidos, resultados, estadísticas, análisis, para nuestro periodista deportivo Guillermo. Para Naida, un arma para la lucha contra la opresión del género femenino: “en mi colegio eran todos típicos machistas, que decían que las mujeres no podían hablar de fútbol, entonces hicimos un proyecto de investigación sobre las capacidades cerebrales de las mujeres y los hombres, y al ver que eran iguales, que las mujeres podíamos mirar y entender de fútbol y nos empezó a gustar.” Para Ayelén, hablar de fútbol es hablar de política y de cultura, reconoce su potencia y dimensión en tanto fenómeno sociocultural, "te guste o no te guste, te parezca bien o mal, no lo podés negar". Refiere que al respecto un libro de Eduardo Galeano El fútbol a sol y a sombra. Dafne recuerda la concepción borgeana de nuestro juego popular: “son once idiotas (pelotudos dirá Sasturain) corriendo atrás de una pelota”. Tatiana la remata citando a su abuela “que encima pisan la pelota y la dejan pasar”. Para algunos, es sólo un deporte más (algo así como que no hay que darle la envergadura con la que se justifican la violencia, lo que provoca rechazos sobre él). Para Marcela, lo que se mezcla al fútbol (negocios sucios varios, política, enfermedad) no es exclusivo de este deporte (se puede ver en otras actividades, como la moda) pero no llama tanto la atención porque no son tan masivos ni populares. Pero para Ayelén, es mucho más justamente el peso de esas asociaciones por la popularidad y el protagonismo que tiene dentro de la sociedad: “es otra cosa el fútbol, significa mucho más” porque no sólo mueve masas de dinero sino también masas de gente. La discusión sigue, pero si de algo estamos seguros es de que hablar de fútbol es hablar de política, de economía, de locura, de violencia, de cultura, de salud, de cuestiones relativas al género…

A continuación, leemos oralmente el texto. Luego, releen de manera silenciosa, señalando cuestiones que desconozcan y quieran preguntar, frases que destaquen, todo para compartir con sus compañer@s. Acerca de las dudas, entre tod@s hacemos una breve referencia a los escritores que aparecen nombrados en el texto (entre ellos Aguinis, Perec, Salinger, Macedonio, Sebreli…) y a sus principales obras. Entre las frases, la primera es la que está en latín: vox populi, vox dei. Allí reconocen mediante la traducción (“la voz del pueblo (es) la voz de dios”) las bases léxicas de las palabras españolas; y con un poco de ayuda, que es la –i la que está indicando lo que ven como complemento en los dos términos del paralelismo en castellano, la función sintáctica. Les contamos que a esa “desinencia”, como ellos la llaman, se la denomina "caso", porque es lo que "cae" ("ocaso" es la caída del sol), cambia en la palabra mientras la "base" queda estable.

Con respecto a otras frases que les llamaron la atención, Tatiana lee la última parte del texto: “la experiencia futbolera tiene-para el que puede o quiere- con qué alimentar la aventura personal de inventarse un sentido”; y reflexiona :“se puede aplicar a todo: a la música, a la literatura…”. Candela agrega: “desmitifica ambas tendencias, cada uno lo toma como quiere, siempre va a haber algo que produzca lo mismo. La importancia está si vos se la das…”. Ayelén destaca del texto, el uso de expresiones divertidas, personales, como “tan opio y tan religión” y también el poner en comparación, al mismo nivel, cosas muy divergentes y enumeradas en una gradación: "como el amo, el dios de Abraham, el peronismo, el hipo y otras escurridizas entidades". “En todo caso es tan absurdo el fútbol como ir a trabajar a la oficina de saco y corbata” recupera Amparo en el mismo sentido. “Todo depende del punto de vista” agrega Jazmín. Candela sugiere que la gradación tendría que completarse con “pasarse la vida escribiendo ”. Aquí surge la cuestión de si el autor se involucra en el texto. Tatiana dice que sí, en las parentéticas "discuten (discutimos)" y "estos son (hemos sido, acaso)"; también en otras primeras personas del plural y se hace referencia al final del segundo párrafo "hartos ya de populismo y de nosotros mismos".

“¿Qué es esto que leímos?”, “Un ensayo” dice Victoria... que ha observado en el paratexto del cuadernillo el título del encuentro "La escritura: el ensayo" y que además, encuentra una estructura particular que recuerda de la escuela: tesis, desarrollo con argumentos en donde se incluyen citas, y una conclusión. Igual, completa explicando que no es objetivo, se hace presente el autor con la primera persona. Algunos hablan de opinión, otros de crítica. Aparece la idea de que se permite cierta irresolución. Se lo considera como una serie de pensamientos ordenados vinculados a asociaciones personales. Por ello su libertad en cuanto a la explicitación de la opinión, del uso de vocabulario informal... Se libera de las ataduras de los escritos académicos, en la medida en que tiene muy pocas obligaciones. Aspira a la belleza del pensando.


¡RECREO!



En el momento en que regresamos de la pausa, ingresan al aula l@s representantes de alumn@s de la junta departamental, para darles la bienvenida y para recordar que ante cualquier inconveniente pueden contar con ellos enviándoles un mensaje de correo electrónico a alumnosdecastellano@yahoo.com.ar

Luego de una charla de las inquietudes acerca de la carrera por parte de los estudiantes, retomamos el tema del encuentro. Hacemos referencia a Theodor Adorno y a su ensayo “El ensayo como forma”, en el cual afirma entre otras cosas que un ensayista es un lector que escribe. Entonces proponemos un pequeño ejercicio en el cual cruzamos esto que plantea Adorno, leído de forma interrogativa, con el texto de Sasturain:¿qué lee Sasturain? Algunas respuestas: la realidad, acciones, literatura, polìtica, diferencias, discontinuidades, ciertos autores, lo que ellos leen en el fútbol…

Se propone a continuación la lectura del texto de Bravo y Adúriz, para que cada uno elija alguna de las definiciones sobre el ensayo que allí se exponen y las ponga entre signos de interrogación. Candela cita aquello de que el ensayo no pretende agotar temas, que no es conclusivo, que abre a la polémica, entonces, preguntamos a un ensayo hipotético que leyéramos: ¿qué polémica abre?, ¿por dónde no agota el tema?, ¿a qué espacios de tratamiento del tema se niega?. Tatiana se pregunta si las ideas son el corazón del ensayo, entonces, ¿cuáles?; otra voz pregunta ¿en realción con qué crisis piensa su tema?, ¿puede alcanzar la extensión de un volumen completo? pregunta Viviana y mencionamos de Saer, El río sin orillas, alguien recuerda del texto el citado Elogio de la locura de Erasmo; Nicolás: ¿une al arte y a la teoría?, ¿qué artes se unen a qué teorías? y Tatiana agrega entonces, en el mismo sentido: ¿qué sentimientos a qué conocimientos?

Amparo pregunta si acaso el texto que tuvieron que escribir acerca del cuento de Cortázar “Casa tomada” no puede pensarse como un ensayo. Concluimos en que está cercano ya que puestos a comentar un texto literario no les hemos exigido, como caracteriza a la crítica, el manejo de un cuerpo teórico ni la demostración acabada de una hipótesis de lectura.

Luego se produce la lectura oral del texto de Barthes “El pobre y el proletario”. La idea es pensar sobre este ensayo algunas de las preguntas recientemente formuladas. Ante la pregunta sobre cuál es la polémica que abre, comienza Dafne refiriendo a la relación entre arte y la política. Sobre las imágenes opuestas surge: el pobre y el proletariado, la comida y el hambre, el arte de Chaplin y el arte social (“arte al servicio de la política” aclara Candela). Acerca del texto de Barthes se plantea que un arte no propagandístico puede ser mucho más potente, en cuanto a sus significaciones, que el arte que se autodesigna comprometido: “ver que alguien no ve, es la mejor manera de ver intensamente lo que él no ve ”, “Su anarquía, discutible políticamente, quizás represente en arte la forma más eficaz de la revolución ” son citas que vuelven. Ya sobre el final de la clase, se pide que lean el texto de Barthes “Dominici o el triunfo de la literatura” para el 22 de febrero. También, que piensen desde las preguntas planteadas, los apuntes que tomaron al inicio del encuentro, que lo pasen en limpio, lo pulan y entreguen la mejor versión, sin que por eso se dé al texto por acabado, para el mismo encuentro.

Por último, nos entregan sus textos sobre “Casa tomada” de Cortázar; y lentamente, todos parten, los esperan las pegajosas calles de la ciudad…


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